Publicado en: Sat, Apr 4th, 2020

El Cerebro Autista

 Autores: Temple Grandin – Richard Panek

Resumen: En este libro Temple Grandin una mujer autista no cuenta acerca de los comportamientos de un autista a nivel neurológico. En 1980 fue realizado su primer examen de imagen de resonancia magnetica (IMR). También nos cuenta de la genética del autismo y las diferentes tipos de pensar de las personas con autismo. Además en su libro describe como el autismo se diferencia por género. Hoy en día existen más casos de género masculino que femenino y cómo para ambos géneros es diferente.

En este libro, Temple Grandin, profesora universitaria y una de las autistas más famosas del mundo, nos ofrece ese conocimiento e historia del autismo desde un enfoque científico y experiencia personal.

Páginas:  304

Descripción 

Temple menciona que existen tres tipos de pensamientos, pensamiento con imágenes, pensamiento con patrones y pensamiento verbal.  Al inicio de su texto, se centra en explicar el pensar con imágenes, el cual es una de las habilidades que algunas  autistas tienen para procesar su información. Temple a la edad de 4 años fue diagnosticada de autismo. Menciona que el autismo como tal no puede ser diagnosticado desde un laboratorio, aunque se está intentando desarrollar un sistema para hacerlo. Pero, la forma para identificar el autismo es a través de la observación y evaluación de conductas. Sin embargo, estás evaluaciones y observaciones son subjetivas y pueden varías para cada persona. Por lo que, el diagnóstico pude ser confuso y vago. En 1943 Kanner publicó un artículo titulado “Autistic Disturbances of Affective Contact”, el autor exponía historias de casos de once niños que compartían na serie de síntomas, de los cuáles hoy se reconocerían como propios del autismo la necesidad de estar solo y la necesidad de la invariabilidad. Estar solo en un muno que nunca cambia.

Una característica de los niños autista es que pueden parecer maleduacados, cuando en realidad no son más que in-conscientes de las señales sociales.  Temple como ejemplo la situación que tuvo con su madre, el cual ella escribió : “si Temple no me quiere, guardaré la distancia”, pero el problema no era que la no quisiera, menciona ella. Era la sobrecarga sensorial del abrazo que le obstaculizaba el sistema nervioso. Por lo que, aquí podemos hacer referencia a algo llamado hipersensibilidad sensorial. Las personas con autismo la mayoría padecen de trastornos sensoriales,  y no todas las personas que padecen un trastorno sensoria lo sufren en el mismo grado. Un indicador de sensibilidad táctil, sería “reacciona emocional o agresivamente al contacto físico”. Un indicador de sensibilidad del movimiento es “tiene miedo de caerse o a las alturas  (lo cual puede producir vertigo en algunas personas)”. O en el ámbito del filtrado auditivo ” se distrae o tiene problemas para funcionar si hay ruido a su alrededor.”

Por otro lado, está el Asperger que identifica a una clase de niños que muestran varias conductas distintivas: “falta de empatía, poca capacidad de hacer amigos, conversaciones unilaterales, intensa concentración en un determinado interés y movimientos torpes”. Ella señala que este tipo de niños pueden hablar sin cansarse nunca de los temas que solo le interesan, por lo que se les apodo como “niños catedráticos”. En un comienzo cuando se estaba aprendiendo del autismo, un autor llamado Asperger bautizó el síndrome como “psicopatía autista”, pero Wing pensó que debido a los lamentables asociaciones que la palabra psicopatía había adquirido con los años, fue preferible el término neutro de síndrome de Asperger. Ya en el año 2000 DSM-IV (la actual es DSM-5) da un distintiva del autismo llamando trastorno del espectro autista (o TEA). En un extremo del espectro estarían personas con discapacidad grave. En el otro, se podría encontrar a Einstein o Steve Jobs.

Temple en su interés por conocer más acerca del autismo se ha realizado varios IRM (Imagen de Resonancia Magnética) de su cerebro. La primera vez que se lo realizaron encontraron que sus dos mitades del cerebro no era simétricos, el cual menciona que era de comprender , porque según las investigaciones que se han realizado hay un ventrículo alargado, el cual es uno de los síntomas para identificar una persona con autismo. De esa misma manera menciona acerca de la IRM funcional, el cual muestra cómo funciona el cerebro al reaccionar ante estímulos sensoriales (vista, sonido, sabor, tacto o el olor), o cuando una persona resuelve un problema, escucha una historia, pulsa un botón, etc. Sin embargo, menciona que los cerebros de los autistas no están dañados, o no tiene los circuitos rotos. Lo que ocurre es sencillamente que no se desarrollaron adecuadamente.  Según un estudio que le realizaron, el cerebelo de Temple es un 20% más pequeño de lo normal. El cerebelo contribuye a controlar la coordinación motora, de modo que esa anormalidad probablemente explica sus problemas relacionados con el equilibrio. Un estudio realizado por la Universidad de Utah mostró que el cerebro de Temple era un 57% más largo que el derecho. En los sujetos de control, la diferencia entre los dos ventrículos es solo del 15%. El ventrículo de Temple se extiende hasta el interior de la corteza parietal. Y se sabe que la corteza parietal está relacionada con la memoria de trabajo. Por lo que podría explicar por qué ella tiene problemas para realizar tareas que obliguen a cumplir varias instrucciones muy seguidas. También  la corteza parietal está muy relacionada con las destrezas de matemáticas. También dentro de los hallazgos importantes del estudio IRM que realizaron encontraron que las amígdalas de Temple son más grandes de lo normal. La amígdala es importante para procesar el miedo y otras emociones, este gran tamaño menciona ella, podría explicar la ansiedad con que siempre ella ha vivido. Por lo que, ella toma antidepresivos para controlar la ansiedad, algo que sucede muy a menudo en las personas autistas. Sin embargo, hay que entender que no todos los autistas funcionan de igual manera, por lo tanto no es necesario que otra persona con autismo tenga las mismas diferencias en la estructura del cerebro, ella lo anota : “El hecho de que tengas la amígdala mayor de lo normal no significa que la amígdala de todas las personas autistas sea mayor de lo normal“. Se han observado ciertas similitudes entre los cerebros autistas, pero conviene no generalizar.